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AlexOscura's avatar
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Literature Text

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© 2015 - 2024 AlexOscura
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Posyomismo's avatar
Hace tiempo leí la historia original. Al igual que la ilustración que acompaña al relato, creo que también era de la web Naga's Den (todo un clásico del ASFR).
No está mal como idea, pero tienes algunos errores. Haces frases demasiado largas, con ideas que no tienen relación entre ellas que en lugar de separarlas con una coma, sería mejor usar un punto o un punto y a parte (Por ej., en "...jamás tendría los hijos que tanto deseaba, esperaba que algún día su existencia terminase..." creo que quedaría mucho mejor con un punto y aparte en lugar de la coma).
También sería buena idea "alargar" un poco más la historia, hacerla más lenta, para que "fluya", que haya una continuidad, para evitar dar la sensación que saltas de un momento a otro sin los pasos intermedios (Por eso no suelo hacer captions, siempre acabo alargándolas mucho).
Es recomendable que si das detalles de la vida de un personaje, venga a cuento, no parezca un detalle gratuito. Por ejemplo, cuando dices que la hermana de Megan es lesbiana, que sea por una razón, no simplemente decirlo y ya.
Tientes algunas erratas, seguramente derivadas del relato original: en el penúltimo párrafo le cambias el nombre a Megan, y la llamas "Anita", u omites la apertura del signo de admiración.
Te voy a reescribir -y alargar- el último párrafo a mi estilo, para que te hagas una idea.

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"Epílogo. Años después.

El placer dominaba la mente de Megan con mano de hierro. Aunque aun recordaba su nombre y haber sido humana alguna vez, la palabra 'Megan' sólo era el sonido que usaba su dueña, la hechicera, para referirse a ella.
Inicialmente la consciencia de Megan pudo resistir durante una temporada. Pero poco a poco, a cada uso que hacía de ella la hechicera, una parte de su mente se difuminaba. Era duro, muy duro resistir semejante placer. Incluso el hecho de que parte de ella se consumiese y fundiese sobre los labios de la hechicera era placencero. Un extraño orgullo de pensar que una parte de su sustancia hacía más hermosa a la hechicera empezó a colarse en su mente.
Además, ya sabía que nunca se acabaría. Cada vez que era guardada en su tocador, su cuerpo se regeneraba, dándole de nuevo forma de hermosa mujer, así que serviría como elemento de maquillaje, posiblemente, para siempre.
Placer eterno. Sólo placer eterno. Por siempre jamás. Cada vez más placer, y menos pensamientos conscientes. Cada orgasmo más intenso que el anterior, y cada uno de ellos haciendo que su mente racional muriese un poco más. Hasta que finalmente, meses después de su cambio, en una de las ocasiones que su propietaria la usó, su psique se quebró, Megan desapareció en las profundidades de su alma, y sólo quedo el lápiz de labios, y el placer.
Aun recordaba vagamente a su madre y su hermana con una sensación de aprecio. Habían sido algo importantes en su anterior existencia, pero sabía no porqué lo eran, el concepto 'familia' era algo ajeno para ella y si le hubiesen explicado que era, no hubiese sido capaz de entenderlo. Quizás esas dos mujeres fuesen alguien la hubiesen usado alguna vez, pero no estaba segura.
Además, esos borrosos recuerdos palidecían ante la adoración que sentía por la hechicera, su propietaria. Sólo eran... débiles estrellas, en comparación al inmenso sol en torno al que giraba y que era su dueña. Lo era todo, existía sólo para ella. Su único fin, su único propósito, era que la hechicera la usase para hacerla más hermosa, para que pudiese sentir el inmenso placer que ello conllevaba. Ser útil. Ser usada. No había nada más.
Por supuesto, Megan nunca fue consciente de que la hechicera ya había encontrado una sustituta. Se trataba de su hermana menor, Samantha.
Al parecer el don para la magia era cosa de familia.
O quizás también ayudó que a la hechicera le pareciese una joven muy atractiva a la que seducir, y siempre lo tendría más fácil con una lesbiana declarada, como era la hermana de Megan.
Tras años de búsqueda, tanto Samantha como su madre se había resignado, y habían aceptado su desaparición. Aun la recordaban, y anhelaban que estuviese bien, allí donde estuviese. No querían pensar en la alternativa, y desde luego, ni en sus más locos pensamientos imaginaron el destino real de Megan. Quizás por suerte para ellas.
Al tiempo de empezar su etapa de aprendizaje, curioseando en el tocador de su maestra, Samantha vió el curioso lápiz labial de un precioso tono granate de la hechicera.
Lo examinó detenidamente, mientras los restos de la mente de Megan suplicaban el inminente momento de ser usada. Sabía que su maestra era, por decirlo de alguna forma, un tanto excéntrica. Ya había visto muestras de su poder, que ella misma estaba aprendiendo, pero ni se le pasó por la cabezaque el objeto que tenía en su mano hubiese podido haber sido alguna vez un ser humano. Y menos aun que fuese su desaparecida hermana, ya que no podia reconocerla por ser demasiado pequeña como para distinguir sus rasgos claramente, aunque sí sintió una sensación extraña de familiaridad al verla, pero la desechó en seguida de su mente al no saber a qué podía deberse. ¿Quizás una especie de instinto familiar?
De todas formas, el color le gustó mucho, e ignorando la advertencia de su maestra, de que jamás tomase nada suyo sin permiso, tapó el lápiz labial y se lo metió en el bolsillo, pensando en usarlo en su cita nocturna con su novia.
Antes de llegar al restaurante en el que había quedado con su pareja, Samantha sacó el lápiz labial y lo deslizó por sus labios mientras se miraba en un pequeño espejo de bolsillo que llevaba encima. Megan se extraño inicialmente que no fuese su propietaria quien la usase, pero esa idea duró poco cuando el intenso placer que tanto ansiaba la llenó. Tal vez ahora tuviese una propietaria más que la usase, y eso significaba que quizás la usasen más. De haber podido, el lápiz labial se hubiese estremecido de placer.
Samantha entonces cerró los labios para distribuirse bien el carmín, distrayéndose un momento, lo justo para que un hombre que pasaba junto a ella la empujase ligeramente por error, y de la sorpresa el lápiz labial se le cayese de su mano, con tan mala suerte que terminó en el suelo, rodando inmediatamente después a una alcantarilla cercana, definitivamente perdido.
Megan no sabía que pasaba, sólo era consciente de que había caído, y no estaba dónde habitualmente, que estaba mojada y rodeada cosas que ni siquiera sabía que eran. Pero estaba tranquila. Su dueña aparecería. Siempre lo hacía. Y con ella el placer. Oh, sí, el placer eterno. Su adorada propietaria la tomaría en seguida. En cualquier momento. Megan se regocijó. Pronto sentiría sus labios sobre ella. Estaba tan orgullosa de ser propiedad suya. Y sintió placer.
Pronto aparecería su dueña. Siempre lo hacía. Y con ella el placer. Oh, sí, el placer eterno...
Y así, una y otra, y otra, y otra vez...
Para siempre.
Samantha maldijo. Le costaría explicar esto a su maestra sin que se cabrease con ella, pero pensaba que encontraría la forma de compensarla y sustituir el lápiz labial.
No tenía ni idea de hasta que punto era cierto."
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Y, para que veas, me ha llevado cerca de hora y media hacer esto. Continuamente cambiaba y corregia a cada paso, releía, y añadía o quitaba o cambiaba algo. Escribir bien se lleva tiempo :) .
Ya me dirás que piensas. Y, de nuevo, te repito, no soy escritor profesional ni de lejos. Los consejos que te doy son los que yo me aplico a mi mismo, que pueden ser erroneos perfectamente. Pero aun así espero haberte ayudado :) .